Por JOSE CARVAJAL
Héctor Galván está del otro lado del mundo. Del lado que trabaja mientras nosotros dormimos. Es embajador en Seúl, capital de Corea del Sur. Es también un amigo al que no se le ha subido el humo plenipotenciario a la cabeza, pues siempre llama y mantenemos una comunicación normal por teléfono o correo electrónico.
Y no es para menos. Galván trabajó conmigo en un semanario que me tocó dirigir a finales de los años ochenta en la ciudad de Providence, capital del estado de Rhode Island, el más pequeño de la Unión Americana. Pero la vida da sus vueltas, y todo el mundo cae en su lugar no tanto por arte de magia sino por gravitación universal.
En este caso a Galván le tocó hacerse diplomático para servir desde la Embajada en Seúl al gobierno de su amigo, el presidente Leonel Fernández. En el primer cuatrienio peledeísta fue vicecónsul en Nueva York, desarrollando una labor de contactos importantes para el área energética del país, y en todo lo que hiciera falta.
La verdad sea dicha, en ninguno de los dos gobiernos de Leonel he sentido la ausencia de la amistad de Galván. No es de los amigos que se pierden en los vericuetos del Poder. De hecho, soy yo quien suele alejarse de los amigos que llegan al Poder para no darles la oportunidad de que sean ellos los que se olviden de mí. Una vez fuera del Poder los recibo como si regresaran de un largo viaje donde seguramente aprendieron algo.
Sin embargo, estas líneas apologéticas y a la vez quejumbrosas tienen un trasfondo intelectual. Galván me ha hecho llegar por correo convencional su libro más reciente: La Visión del Presidente Leonel Fernández. Son 340 páginas que llevan además el subtítulo de La República Dominicana hacia el 2030. Es una obra rara, pero interesante y muy a tono con el mercado moderno del libro y la industria editorial propia de estos tiempos de la globalización. Una época dominada por el instant book, y en la que muchos libros usurpan el papel de los medios de información. Pero este libro de Galván, aunque lo parezca, no está hecho para el lector común y corriente, sino para investigadores, periodistas, politólogos y gente de opinión del siglo XXI. Es el mapa político de la labor de un presidente que hace historia al andar.
El mismo Galván lo explica en su introducción: “Este libro es un compendio de algunas declaraciones del Presidente, tal y como fueron reseñadas por la prensa; hemos respetado hasta los títulos originales, el nombre de sus autores, en honor a la veracidad histórica; aunque esté o no de acuerdo con su titulación, presentación de las informaciones o su contenido”.
En ese párrafo destella la objetividad y el orden de las ideas de Galván como el sociólogo que es. En ese “honor a la veracidad histórica” está la importancia de este libro, y al hecho de que aclare más adelante que “no se procura un análisis” ni “tampoco un interés cronológico”; y de que concluya sin asomo de ínfula intelectualista que “en lo fundamental, este es un compendio de las ideas y acciones del actual presidente de la República Dominicana”. Dicho de otro modo, hay mucho que leer y aprender en este libro.
Por último, para los que toman notas, además de La Visión del Presidente Leonel Fernández, Galván es autor de Vicios pequeñoburgueses en la izquierda dominicana, Juan Bosch: Hacia la unificación humana, Lo que vi en el Asia, y Mi amigo Leonel.
Fuente: Original para este Blog, 7 de septiembre de 2007
Héctor Galván está del otro lado del mundo. Del lado que trabaja mientras nosotros dormimos. Es embajador en Seúl, capital de Corea del Sur. Es también un amigo al que no se le ha subido el humo plenipotenciario a la cabeza, pues siempre llama y mantenemos una comunicación normal por teléfono o correo electrónico.
Y no es para menos. Galván trabajó conmigo en un semanario que me tocó dirigir a finales de los años ochenta en la ciudad de Providence, capital del estado de Rhode Island, el más pequeño de la Unión Americana. Pero la vida da sus vueltas, y todo el mundo cae en su lugar no tanto por arte de magia sino por gravitación universal.
En este caso a Galván le tocó hacerse diplomático para servir desde la Embajada en Seúl al gobierno de su amigo, el presidente Leonel Fernández. En el primer cuatrienio peledeísta fue vicecónsul en Nueva York, desarrollando una labor de contactos importantes para el área energética del país, y en todo lo que hiciera falta.
La verdad sea dicha, en ninguno de los dos gobiernos de Leonel he sentido la ausencia de la amistad de Galván. No es de los amigos que se pierden en los vericuetos del Poder. De hecho, soy yo quien suele alejarse de los amigos que llegan al Poder para no darles la oportunidad de que sean ellos los que se olviden de mí. Una vez fuera del Poder los recibo como si regresaran de un largo viaje donde seguramente aprendieron algo.
Sin embargo, estas líneas apologéticas y a la vez quejumbrosas tienen un trasfondo intelectual. Galván me ha hecho llegar por correo convencional su libro más reciente: La Visión del Presidente Leonel Fernández. Son 340 páginas que llevan además el subtítulo de La República Dominicana hacia el 2030. Es una obra rara, pero interesante y muy a tono con el mercado moderno del libro y la industria editorial propia de estos tiempos de la globalización. Una época dominada por el instant book, y en la que muchos libros usurpan el papel de los medios de información. Pero este libro de Galván, aunque lo parezca, no está hecho para el lector común y corriente, sino para investigadores, periodistas, politólogos y gente de opinión del siglo XXI. Es el mapa político de la labor de un presidente que hace historia al andar.
El mismo Galván lo explica en su introducción: “Este libro es un compendio de algunas declaraciones del Presidente, tal y como fueron reseñadas por la prensa; hemos respetado hasta los títulos originales, el nombre de sus autores, en honor a la veracidad histórica; aunque esté o no de acuerdo con su titulación, presentación de las informaciones o su contenido”.
En ese párrafo destella la objetividad y el orden de las ideas de Galván como el sociólogo que es. En ese “honor a la veracidad histórica” está la importancia de este libro, y al hecho de que aclare más adelante que “no se procura un análisis” ni “tampoco un interés cronológico”; y de que concluya sin asomo de ínfula intelectualista que “en lo fundamental, este es un compendio de las ideas y acciones del actual presidente de la República Dominicana”. Dicho de otro modo, hay mucho que leer y aprender en este libro.
Por último, para los que toman notas, además de La Visión del Presidente Leonel Fernández, Galván es autor de Vicios pequeñoburgueses en la izquierda dominicana, Juan Bosch: Hacia la unificación humana, Lo que vi en el Asia, y Mi amigo Leonel.
Fuente: Original para este Blog, 7 de septiembre de 2007
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