Sí, los que no fueron anoche al local de la Cámara de Comercio Domínico InternacionaI se perdieron esta magnífica noche con César Sánchez Beras y la décima dominicana. Y a traves de ella, buena parte de la historia del país. Y todo esto, dicho, con gracia criolla: gesto, donaire y esa casi ingenua malicia del doble sentido cibaeño.
Es que César es a la vez maestro de escuela y poeta. Nos relata como llegó a la décima. Y a golpe de octosílabos, nos pasea por los siglos, al menos desde Cervantes y Lope hasta Huchi Lora y Freddy Beras Goico. Claro, pasando por Juan Antonio Alix y su Follón de Yamasá. Y a través de los muchos pueblos que hablan nuestra lengua y donde también han florecido los decimeros.
Pero no, la décima dominicana no se canta como el punto cubano. Parece que no llegó alli con laudes y guitarras (lo cual lamento yo, muchisimo, ya que en Cuba disfruté en sus porfías, al Cacique Jaruqueño, a Antonio Camino, y también a La India de Oriente. Y los chuineros de Baní, cuyo origen canario es el mismo del punto cubano, no cantan décimas si no cuartetas. Y todo esto lo aprendí yo anoche, con César Sánchez Beras. Se lo perdieron ustedes.
Y agrego que el acto fue organizado por el Colegio Dominicano de Periodistas (que anuncia que esta es su primera velada cultural) y que vino con César desde New York el Comisionado de Cultura en los Estados Unidos, Franklin Gutiérrez, cuya labor en esa zona del Norte es amplia, a juzgar por todos los libros que había allí sobre una mesa. Y por las numerosas actividades que aparecen reseñadas en Puente, boletín informativo del Comisionado.
Digo tambien, que ambos intelectuales dominicanos venidos del Norte fueron presentados por José Carvajal, de elegante figura y buen decir.
Un abrazo,
Tiberio (Castellanos)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario