Por JOSE CARVAJAL
He recibido con mucho agrado la noticia de que el periódico Dominicano USA está de aniversario este mes de febrero. Un año dando a la comunidad de Miami lo que sus editores consideran las informaciones importantes que interesan a los lectores hispanos del sur de la Florida.
Sin embargo, estoy seguro que la mayoría de los lectores de Dominicano USA y de los demás periódicos que circulan en nuestra comunidad ignoran el sacrificio que hay detrás de cada edición, ya sea semanal, quincenal o incluso digital; nadie puede negar que son publicaciones hechas a puro pulmón. Por eso los que fundan, dirigen, escriben y mantienen esos medios de comunicación alternativos merecen el respeto y la admiración de todos.
José Martí selló ese tipo de esfuerzo de la mejor manera que podía hacerse, cuando escribió en uno de sus ensayos que “sólo quien sabe de periodismo, y de lo costoso del desinterés, puede estimar de veras la energía, la tenacidad, los sacrificios, la prudencia, la fuerza de carácter que revela la aparición de un diario honrado y libre”.
Lo malo es que la mayoría no lo sabe, y quizás no tiene por qué saberlo. Porque como lectores al fin, exigimos buena cobertura, y el periodista, si quiere conquistar y mantener seguidores fieles a su publicación, tiene la responsabilidad de esmerarse en esa trabajosa tarea que Gabriel García Márquez ha definido como el mejor oficio del mundo.
Martí decía también que “el periódico es una espada y su empuñadura la razón”, y que “sólo deben esgrimirla los buenos”, tomando siempre en cuenta que dicha espada “no ha de ser para el exterminio de los hombres, sino para el triunfo necesario sobre los que se oponen a su libertad y progreso”.
Los periódicos y las bibliotecas locales son además el alma intelectual de los pueblos, la vara que permite medir cuán sabios pueden ser los habitantes de alguna comunidad. Son el reflejo de cómo piensa, qué le interesa, qué productos consume y cuán posicionado se encuentra determinado grupo en una ciudad. En otras palabras, donde hay un periódico y una biblioteca ha llegado el progreso. El periódico registra los hechos cotidianos y el libro los convierte en historia para ganarle al olvido, resguardándolos silenciosamente para la posteridad.
En eso pensé el día que conocí al fundador de Dominicano USA, René Fuentes. Llegó prácticamente con la lengua afuera a la oficina del locutor José Francisco Núñez, Director de Noticias de la archiconocida emisora católica Radio Paz. Llevaba varias copias de la última edición, pero la premura de él no dejó que intercambiáramos más palabras que el saludo de dos personas que acababan de conocerse. Se fue a repartir su periódico, a cumplir primero con sus lectores.
Recién me entero que para entonces faltaba solamente una edición para el número aniversario de Dominicano USA. Un logro que se cumplió felizmente este mes de febrero, para el bienestar y desarrollo de nuestra comunidad.
Quiero concluir tomando prestado un verso de mi amigo y poeta dominicano Tomás Castro Burdiez: Que nadie se sienta herido; René Fuentes y su equipo merecen un aplauso y el reconocimiento de todos. No faltaba más; que se llenen nuestras calles de periódicos y libros para que se respire el progreso.
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